martes, 26 de enero de 2010

¿Jamás Debe Asistir Tu Hijo A La Escuela Pública?


Escrito Por Richard Fugate

En el último número sugerí que la influencia que ejercen los compañeros que enfrentaría tu hijo en una escuela pública, o aún en una escuela cristiana abierta, es el peligro número uno de su alma.

Sin embargo, una amenaza más sutil pero igualmente insidiosa es la filosofía que se le enseñará por medio de la educación secular. Esa filosofía es el humanismo, y se basa en la creencia de que no hay Dios; y, por lo tanto, el hombre es su propio dios.

No puedo creer que padres cristianos enviarían a sus hijos a una escuela dirigida por Budistas o Hindúes para cursar un plan de estudios escrito por sus líderes dedicados bajo maestros entrenados a cuestionar los valores de sus alumnos y reemplazarlos con sus propios valores. Sin embargo, el actual sistema educativo secular en los Estados Unidos [y en México] es exactamente así—una religión con su propio código moral, sus propios manuales de instrucción, y muchos seguidores dedicados para enseñar a tu hijo la religión del humanismo.

Los textos seculares son la punta del iceberg que se deben escudriñar detenidamente. Los textos de maestro son atrevidos, y dan instrucciones al maestro que, al llevarse a cabo, resultarán en la destrucción de los valores bíblicos tradicionales en las mentes y almas de la mayoría de los alumnos. Los valores atacados específicamente son: la relación correcta entre padres e hijos, los papeles de hombre y mujer establecidos según Dios, los valores morales absolutos y la responsabilidad humana de ellos, el nacionalismo, y finalmente la mera existencia de Dios.

La base del iceberg es el entrenamiento influenciado por la NEA (Asociación Nacional de Educación) que el maestro recibió en la universidad, y los seminarios continuos que recalcan la necesidad de que el maestro reemplace el sistema de valores tradicionales que muchos padres han enseñado a sus hijos con los valores "superiores" del humanismo. Claro, la mayoría de los maestros son agentes involuntarios de este objetivo. Ellos simplemente se fijan en los aspectos técnicos de enseñar y no analizan el contenido ni entienden este asunto. De hecho, debes proteger a tus hijos de esto.

Esto es lo que algunos de los líderes humanistas han dicho abiertamente de sus intenciones:

John Dewey, un humanista dedicado, el padre de la educación progresiva en los E.U. y ex-jefe de la escuela de maestros en la Universidad Columbia declaró: "No hay Dios y no hay alma¼.No hay lugar para leyes naturales fijas ni morales absolutas."

Hace más de cincuenta años Charles Francis Potter, uno de los firmantes del Primer Manifiesto Humanista, escribió en su libro:

"Por tanto la educación es una aliada muy poderosa del humanismo, y cada escuela pública es una escuela del humanismo. ¿Qué pueden hacer las escuelas dominicales teístas, reuniéndose una hora una vez a la semana, y enseñando a solamente una fracción de los niños, para abatir el avance de un programa de cinco días de enseñanza humanista?" (p.128).

Y para confirmar que los humanistas de hoy son quizás aún más militantes, John Dunphy escribió en el número de enero/febrero 1983 de la Revista Humanista:

"Estoy convencido que la batalla por el futuro de la humanidad debe ser librada y ganada dentro del aula de la escuela pública por maestros que perciben correctamente su papel de hacer proselitismo para una nueva fe: una religión de humanidad que reconoce y respeta lo que los teólogos llaman la divinidad en cada ser humano.

"El aula necesariamente ha de ser, y llegará a ser, un ruedo de conflicto entre lo viejo y lo nuevo—el cadáver podrido del cristianismo junto con todas sus maldades y miseria, y la nueva fe del humanismo ¼ pero el humanismo saldrá triunfante. Tiene que ganar si la humanidad ha de sobrevivir."

¿Este es quien quieres que controle el pensamiento de tu hijo? Antes de considerar enviar a tu hijo a la escuela pública, estudia tú mismo los puntos críticos leyendo uno o más de los excelentes libros sobre el humanismo, como el de Tim LaHaye, Battle for Your Childs Mind (La Batalla por la Mente de Tu Hijo), el de Mel y Norma Gabler, What Are They Teaching Our Children? (¿Qué Les Están Enseñando a Nuestros Hijos?), o Child Abuse in the Classroom (Abusos a la Infancia en el Aula) por Phyllis Schlaffly. El bienestar de tu hijo en la vida, de hecho su alma misma, puede depender de tu decisión.


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